Miércoles triste
DIGMUN
El miércoles comencé el día en el taller con los niños del primer turno, continuamos corrigiendo las fichas que el día anterior no pudimos. Enseguida vino Yusra la voluntaria que ayuda a Natalia cuando yo no estoy, asique puse rumbo a la oficina.
Cuando llegué, Natalia mi tutora, me estaba esperando, ella se tenía que marchar y yo debía “hacerme cargo” de los informes sociales. Aunque Natalia me repitió varias veces que confiaba en mí, yo notaba cierto tono de preocupación en su voz. A mí, igualmente me alagaba su confianza.
A la vez que Natalia se despedía, yo comenzaba a revisar los informes. Con la mesa de Natalia llena de papeles, miraba paso por paso que todo estuviera en orden. Preguntaba tanto a Ana como a Víctor todas mis dudas y ellos encantados me ayudaban en mi tarea.
Poco más tarde, volvía a poner camino a los talleres con los niños del segundo turno. Ellos me esperaban ya sentados en sus asientos y atendiendo a Isa que volvía a explicar las decenas y las centenas.
Mientras que cada uno realizaba sus fichas, yo los llamaba para que leyeran conmigo.
Isa y yo estamos intentando enseñarles a tener paciencia y a que cada uno espere su turno para hablar o para hacer cualquier consulta, y aunque se me parte el corazón cuando no levantan la mano, vienen a preguntarme y yo muevo la cabeza con negación, creo que les va a ayudar a llevar la vida con un poco más de calma.
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